

El Museo Thyssen-Bornemizsa de Madrid cuenta con dos volúmenes diferenciados. En primer lugar se distingue el edificio principal del complejo museístico, el Palacio de Villahermosa, una construcción de tres plantas sobre rasante que data de mediados del siglo XVIII y cuyos espacios fueron adaptados a las necesidades del museo actual por el arquitecto Rafael Moneo en los años 90 del siglo pasado.
La ampliación del museo se llevó a cabo años después por los arquitectos Manuel Baquero, Robert Brufau y el estudio BOPBAA y fue posible gracias a la adquisición de dos inmuebles adyacentes al Palacio de Villahermosa que permitió duplicar la superficie museística previa. El edificio preexistente y el nuevo se conectaron interiormente y el patio del recinto se configuró como vestíbulo exterior al complejo del museo.
Los dos edificios están representados por dos piezas rectangulares metálicas que han sido vaciadas y que tan solo conservan su banda perimetral. Ambos elementos hacen referencia al concepto de los edificios como contenedores de arte a la vez que simbolizan el contenido del museo aludiendo a los marcos propios de las obras pictóricas. Por otro lado, el patio exterior ha sido materializado mediante otra pieza rectangular de metacrilato espejado verde que contrasta con las superficies metálicas en cobre y plata de los otros dos elementos de la joya propuesta.

